El Gran Inquisidor/ Andrea Beatriz Vaca

Peter Brook
El gran Inquisidor.

El fin de semana fui a mi casa en León. Salí a buscar alguna exposición o galería, pero para mi mala suerte o estaban en reparación o montando/desmontando la exposición. Fui a la casa de la cultura de León, y en un cartel, vi anunciada una obra de Peter Brook, “El Gran Inquisidor”. Compré el boleto, y estuve a las 7 en punto en la entrada del Teatro Manuel Doblado.
Entré en la sala, me senté en mi asiento, y esperé a que terminaran las llamadas.
En el centro del escenario, estaba una base de aproximadamente 2 metros de largo y ancho, y no era muy alto, más o menos como un escalón con una luz blanca sobre el área; también habían 2 bancos, uno arriba de la base, y otro abajo, casi fuera del área de la luz.
Entró un hombre al escenario, completamente de negro, con cabello largo y ondulado. Comenzó la voz de un narrador en inglés a decir “Él volvió 15 siglos después de su muerte, crucificado al dar su vida por los hombres, y viene a ver cómo van las cosas” el personaje, caminó hacía uno de los lados de la base, e interpretó las palabras del narrador. “Creyó que no lo identificarían, pero un ciego, se acercó a él y le dijo: eres Tú!!, Tú!!! Si realmente eres Tú, por favor, ayúdame…. El forastero tocó al ciego, y de sus ojos cayeron escamas, quedando así su vista restaurada. En ese momento, estaba una procesión, llevando un pequeño ataúd blanco. Lo encabezaban los padres de la niña, y al ver lo que pasó con el ciego, le suplicaron: por favor…..si eres Tú, ayuda a mi hija!! No merecía acabar su vida así….si eres Tú, por favor, ayúdala……. Dejaron el ataúd en la escalinata, el forastero se acerco, murmuró unas palabras y la niña se levantó” en eso, entró otro hombre, también vestido de negro, con mucha presencia. Cuando habló, era la misma voz que la del narrador. “En eso, entró el Gran Inquisidor, aunque un día antes había mandado a muchos a la hoguera, hoy vestía muy sobrio, e iba rodeado de su escolta. Al ver al forastero, se enfureció, obviamente lo identificó.” Mandó a sus guardias a que lo apresaran y encarcelaran. Ya estando el forastero encerrado, el gran Inquisidor entró a platicar con él. Le dijo “porqué has vuelto?? Has venido antes del tiempo prometido, ha que has venido a ver a los hombres?? Te diré la verdad de las cosas, ellos no te siguen a ti…no sé si te diste cuenta, pero solo a unas palabras mías, se apartaron de ti y no te defendieron….eso demuestra que te equivocaste cuando estuviste en el desierto durante 40 días y el espíritu sabio y omnipotente”. El siguió con su monólogo, diciendo cuales eran las “verdades” humanas. “las respuestas que diste al espíritu, fueron rayando en la suposición y buena voluntad; tú sabes, que los hombres no responden así…….así que vamos pregunta por pregunta: a la primera, que fue “convierte estas piedras en pan, y toda la humanidad te seguirá” y tú contestaste “ellos me seguirán, porque me aman, no porque me necesitan” pero, lamento decirte, que el hombre no es así…..tu dijiste que no sólo de pan vive el hombre….yo te diré que es lo único que necesitan. Ellos seguirán a aquel que les asegure vivir….eso es lo que hacemos la Iglesia…tomamos tu palabra para cumplirla…sin necesitarte a ti. En la segunda, cuando te llevó a la punta del templo, y te retó a que saltaras al vacío y comprobaras la supremacía de tu padre. Tú sabía y consiente de que al desafiar a tu padre, lo único que conseguirías sería estrellarte contra la tierra que estas intentando salvar, así que contestaste que no, porque debemos creer en tu padre, sin cuestionar….pero lamentó decirte que las cosas no son así……tú les diste la libertad de elegir, de seguir, de pensar que es lo que quieres, pero los hombres son débiles y prefirieron entregarle su libertad a quien les garantizara una vida y una felicidad, esa es otra función de la Iglesia. Ellos son felices, les perdonamos sus pecados, pues ellos son débiles, y por eso siempre serán felices. Somos nosotros los que sufrimos, los que cargamos con la pena y la tristeza, de tener que mantener una enorme población que no quiere ser libre. Y la tercer pregunta, él te ofreció todo el reino terrenal, te ofreció ser el rey y máxima autoridad de todo el planeta….y tu contestaste que no….que esperabas al reino de los cielos, por amor a tu padre, y que todas las personas harían lo mismo….otra vez estas en un error…..ellos han elegido el mundo terrenal, han preferido vivir con plenitud aquí, que vivir eternamente en un mundo que no existe más que un tu mente….si tu padre es realmente tan misericordioso, perdonará lo que se haga, así que no vengas a confundirnos con tu presencia, cuando tengas que venir a juzgarnos, ven, y que sea como Dios quiera, pero ahora, los hombres están explotando las tierras, apenas hemos empezado, pero todo evoluciona. Espero que te hayas dado cuenta, de que tu sola presencia no es necesaria, tu fe tampoco. Las dudas que dejaste, no son satisfechas con la fe, y nosotros contribuimos a sus dudas. Así, los más rebeldes y fuertes, se destruyen ellos solos; los rebeldes y débiles, se destruyen entre ellos; y los mansos y débiles, que son la gran mayoría, son los que nos siguen, porque les damos los milagros y castigos que necesitan. Pediste mucho de los Hombres, y estos te decepcionaron, si no hubieras tenido tanta fe y expectativas, para ellos sería más sencillo.
Ahora, tu sabes que mañana te quemaré en la hoguera…que me dices??, contesta algo, y deja de mirarme con amor.” El forastero se levantó, se acercó al gran inquisidor, y lo besó. Este, desorientado por la respuesta, se levanta, abre la celda, y le dice “Vete….vete y no vuelvas hasta que sea el tiempo prometido…” el forastero sale, y camina por las calles oscuras, desapareciendo de la vista. El gran inquisidor, con el beso quemando en su corazón, no cambio de parecer” Salió el hombre del escenario, todos se quedaron callados en el teatro como por 5 minutos, hasta que un hombre comenzó a aplaudir. Todos nos quedamos algo desorientados, en el momento no supimos como reaccionar ante la obra. Pude observar que todos a mí alrededor estaban con dudas, aunque aplaudían fuerte, y por mucho tiempo. Cuando salí del teatro, no podía esclarecer precisamente lo que pensaba de la obra. No supe cómo interpretar lo que vi, solo pasaba algunas partes en mi cabeza. Iba con mi novio, y él estaba más confundido que yo. De hecho, creo que pudimos meditar todo mejor, hasta el día siguiente.
No importa lo que haga el hombre, Dios lo perdonará, porque lo ama.
Así de simple y sencillo, aunque nos costó llegar al resultado. Realmente no sé si me gustó o no me gustó la obra. Sólo sé, que me gustaría verla de nuevo. Los dos actores, transmitían todo por sus facciones y tonos de voz. La austeridad del escenario, transmitía mucho, y ayudaba a la sensación de extrañeza de la situación. Te hace meditar mucho sobre cómo somos los seres humanos entre nosotros, y con nuestras necesidades, porque a final de cuentas, la iglesia fue formada por hombres, no por Dios. Los hombres prefieren seguir a quien les aseguré la felicidad, sin tener que buscarla ellos mismos. Eso demuestra lo deplorable que puede ser nuestra sociedad y nuestro amor propio.Si realmente existe un Dios, ¿Nos perdonará?



Andrea Beatriz Vaca Hernández

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