Arte y Mercado / Mariana Valenzuela

“Arte: Más que un medio de expresión, un gran negocio”.
Mariana Valenzuela, 2009


Es evidente que el arte es un negocio de los buenos. No podemos seguir creyendo que el artista hace sus obras por mera vocación o porque mediante ellas expresa su sentir. Ese concepto de arte desinteresado prácticamente ha dejado de existir. Si bien es cierto que todavía hay quienes recurren al arte como mero pasatiempo o como una manera para expresar su sentir, hoy en día generalmente hay una razón en común para dedicarse a ser artistas: las increíbles sumas de dinero que genera el arte. Por más que haya gente que lo niegue y que esté totalmente en contra de ello, es obvio que en estos tiempos más que nunca el arte es una mina de oro que está siendo explotada por cada vez más personas alrededor del mundo.

El aspecto económico del arte siempre ha sido de mucha relevancia. Tanto los artistas como los que adquieren las obras, ven al arte como fuente de riquezas. Se maneja exactamente igual que las actividades económicas. Mientras un agricultor vive de lo que le pagan por sus cosechas, el artista vive del dinero que recibe a cambio de sus obras. Por su parte, las galerías son como las bodegas donde se almacenan y distribuyen las cosechas de los agricultores. Son lugares que adquieren poder porque mediante la adquisición de productos controlan el mercado y pueden obtener ganancias al revenderlos a precios mucho más elevados.

Un claro ejemplo del interés monetario detrás del arte son los mecenas. Éstos son personas adineradas que les piden a los artistas que les realicen ciertas obras a cambio de ayuda económica. Incluso hay casos en los que los artistas cumplen los caprichos de los mecenas aún cuando lo que les pidan no sea de su total agrado; poniendo como prioridad el dinero que por su trabajo reciben. Por ejemplo, Mozart trabajó un tiempo para el Baron Van Swieten (quien era un mecena de su época) porque en esos años la situación económica de Mozart no era buena y los ingresos que su mecena le proporcionaba a cambio de su trabajo como músico eran de gran ayuda para el compositor. En ocasiones las piezas musicales que el mecena le pedía, a Mozart le parecían de baja categoría e incluso se llegaban a considerar insultantes para su talento, pero de cualquier forma las realizaba con tal de tener ingresos (Jackson, 2004). De hecho, el propio Vincent Van Gogh vivió una experiencia parecida. Al no tener dinero y quererse dedicar a la pintura, su hermano Théo lo mantenía a cambio de sus obras, para después venderlas. Mientras el pintor pasaba por una etapa depresiva, sus pinturas eran muy sombrías y su benefactor no lograba venderlas. Por lo tanto, Théo le dijo a su hermano que dejara al lado ese estilo tan sombrío y que mejor se dedicara a pintar paisajes más llamativos porque éstos se vendían mejor. Fue tanto el interés económico que Van Gogh accedió a cambiar su estilo con tal de vender más (El Informador, 2009); demostrando así cómo muchas veces los artistas están dispuestos a crear arte comercial en vez de seguir sus propias convicciones estéticas.

El arte está considerado como una excelente opción para inversiones. Mientras el oro, la plata u otros medios de inversión se devalúan de manera considerable, el valor del arte va normalmente en ascenso. Es por eso que desde hace varios años las grandes compañías invierten en comprar obras de arte para después venderlas y generar ganancias importantes. Por ejemplo, una empresa pública de ferrocarriles de Gran Bretaña en 1974 fue asesorada por Sotheby´s (empresa subastadora de arte) para invertir 75 millones de dólares en obras de arte; de las cuales gran parte fue vendida en los años 90, generando ganancias promedio de 13.1 % anual. Se estima que si hubiesen esperado otros 5 años para venderlas, las ganancias hubieran alcanzado el 20% anual (Haymann, 2009). Del mismo modo, existen innumerables empresas que recurren al arte como inversión.

Una manera muy clara de comprobar el auge económico que tiene genera el arte son las casas de subasta y la publicación de estudios e índices del mercado del arte. Las casas de subasta son lugares donde se concentra gran parte del mercado artístico puesto que ahí se realiza subastas de arte a las que acuden los más importantes coleccionistas o galeristas; quienes están normalmente dispuestos a pagar grandes montos de dinero por las obras subastadas. Hay quienes compran obras de artistas reconocidos como garantía de que las podrán vender a precios muy elevados. Pero también hay quienes prefieren adquirir los trabajos de artistas jóvenes que van empezando en el mundo del arte, y lo que hacen es almacenar dichas obras hasta que el artista se convierta en famoso para poder así venderlas a un precio que les genere una suma considerable de dinero. Las casas de subasta se multiplican y expanden constantemente alrededor del mundo porque son cada vez más concurridas. Algunas de las más importantes son Sotheby's y Christie's. Por su parte, los estudios e índices sobre el mercado del arte sirven de guía de compra para los compradores, coleccionistas e instituciones financieras y de arte como las casas de subastas. Uno de los principales índices de dicho mercado es el Art Market Research, creado en 1985 para medir las oscilaciones de precios del mercado internacional del arte. También existe el Mei/Moses Fine Art Index, que es un índice dedicado a demostrar la rentabilidad del arte.

Para lograr que un artista cotice sus obras a precios muy elevados no basta únicamente con que éstas sean de calidad. Es necesario tener una buena red de relaciones con personas importantes en el ámbito del mercado del arte, ya sean galeros, coleccionistas e incluso publicistas. Una de las personas más influyentes en este mercado hoy en día es el británico Charles Saatchi, quien es propietario de una de las agencias de publicidad más importantes: Saatchi Co., así como uno de los principales coleccionistas de arte en el mundo. Además fue cofundador de los premios Turner para los artistas británicos. Es tal su poder, que inmediatamente logra colocar o desplazar a un artista en el mercado del arte. Por ejemplo, se dice que uno de los que ha apoyado es Damien Hirst, quien actualmente es el artista vivo más cotizado (Célérier, 2009). Esto demuestra claramente lo conveniente que resulta tener buenas alianzas para lograr posicionarte y ascender en el mercado del arte; con lo que se evidencia que no necesariamente lo bonito será lo que vende, sino las obras de aquellos que tengan buenas relaciones con la gente que tiene el poder.
Con todo lo anterior podemos darnos cuenta de la realidad del arte como fuente generadora de ingresos. Definitivamente el proceso de creación artística está más ligado al ámbito comercial que al hecho de buscar la estética o simplemente utilizar el arte como medio de expresión. Por tal razón, los artistas, coleccionistas, galeros y demás involucrados en el mundo artístico buscan establecer relaciones estratégicas que les permitan escalar posiciones para poder así generar cada vez mayores ganancias. Además, es claro que hoy en día el arte representa una de las mejores opciones de inversión, por lo que comprar y vender piezas artísticas es un negocio sumamente rentable. El arte es un negocio de los buenos.







Fuentes Consultadas


“Gran exhibición de paisajes de Van Gogh”. 2009. El Informador. 6 Septiembre 2009. <http://www.informador.com.mx/cultura/2009/105311/6/gran-exhibicion-de-paisajes-de-van-gogh.htm>

Haymann, Dalia. “Introducción al Mercado del Arte”. 2009. Arte y Mercado. 6 Septiembre 2009. <
http://www.arteymercado.com/intromercarte.html>

Villasmil, Alejandra. “El Arte como Método de Inversión”. 2009. Arte y Mercado. 6 septiembre 2009. <
http://www.arteymercado.com/inversionarte.html>

Célérier, Philippe. “¿Quién Fija el Valor de una Creación?”. 2009. Arte y Mercado. 6 Septiembre 2009. <
http://www.arteymercado.com/valorinversion.html>

Jackson, Gabriel. Mozart. Vida y Ficción. España: Editoriales de la Universidad de Salamanca, 2004.

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