El clásico tapatío: Juego de orgullo y pasión


El pasado 07 de noviembre tuve la oportunidad de estar en el Estadio Jalisco presenciando uno de los partidos más esperados de toda la jornada: el Clásico tapatío. Bajo ninguna circunstancia este juego puede catalogarse como un partido más, porque este va más allá de una victoria o una derrota, se juega algo más que una clasificación, una simple acumulación de puntos o el supe liderato de la liga: se juega el orgullo.

Sin duda fue un evento lleno de altibajos, llegando al estadio nos tocó el arribo de ambas porras, las cuales fueron pieza fundamental en todo lo que englobo este espectáculo deportivo. Después de mucho tiempo de espera, llegó el ansiado momento: el silbatazo inicial. Cual va siendo nuestra sorpresa, desagradable por supuesto para los atlistas (me incluyo en ellos) que 15 segundos , SÍ SEGUNDOS después de haber iniciado el juego el sinaloense Omar Bravo ponía el marcador 1-0 a favor del rebaño.
Como era de esperarse, los aficionados de las chivas celebraron eufóricos aunque un tanto desconcertados, el inicio de lo que sería el marcador más abultado en la historia de los clásicos tapatíos en torneos cortos. Pero la sorpresa no terminó ahí porque antes de que el cronómetro marcara los 3 minutos corridos, el “chicharito” Hernández remata de cabeza un centro de Omar Bravo para vencer al portero Barbosa que simple y sencillamente al igual que la afición atlista y rojiblanca NO LO PODÍA CREER.

Sin duda los zorros habían salido dormidos a la cancha y después de este segundo gol, se empezó a ver una mejora en el equipo rojinegro, lo cual se vio reflejado por el descuento del jugador Daniel Osorno. Parecía que el Atlas crecía debido a que tocaba constantemente la puerta de Chivas.


Se sentía que en cualquier instante caería el empate rojinegro, sin embargo en una jugada las Chivas mandaron un centro , el cual ocasionó que un jugador atlista cometiera juego peligroso dentro del área, situación que fue aprovechada por el defensa Arón Galindo quien dejaba los cartones 3-1 y apagaba el buen momento rojinegro.

Al minuto 41, de nueva cuenta el delantero Hernández remató un centro enviado por Ramón Morales, dicha acción mató por completo cualquier esperanza rojinegra. Sinceramente el segundo tiempo fue para el olvido y para mi no vale la pena ni siquiera mencionarlo debido a que fue constituido simplemente por intentos poco claros por hacer daño a la portería rival por parte de atlas e intentos de contragolpe rojiblancos.


A pesar de que no ganó mi equipo sino el que más odio de todos, salí satisfecha mas NO feliz de este espectáculo deportivo porque por lo menos el primer tiempo a mi si me pareció un espectáculo debido a la gran cantidad de goles que hubo, a pesar de que son dos equipos que venían jugando no muy mal sino PÉSIMO, el partido cumplió con las expectativas y por lo que si Salí contenta del estadio es por haber tenido la oportunidad de presenciar un partido que no se juega con las piernas sino con el corazón.
Jaqueline León Castro

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